Una viejita fue un día a su Banco, llevando un bolso lleno hasta el tope de dinero en efectivo.
Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única y exclusivamente con el Director del Banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía:
- Comprenda usted es mucho dinero.
Después de mucho discutir, la llevaron ante el Director del Banco, respetando el concepto de que el cliente tiene siempre la razón.
El Director del Banco inquirió:
- ¿Cuál es la cantidad que Ud. desea ingresar?
Ella dijo que 300.000 € y automáticamente vació su bolso encima de la mesa.
El Director, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde habría sacado la viejita tanto dinero y le preguntó:
- Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, por ser mucha cantidad; y acto seguido le preguntó:
- Cómo lo ha conseguido?
La viejita contestó:
- Es simple, hago apuestas.
- ¿Apuestas?, preguntó el Director.
- ¿Qué tipo de apuestas?
La viejita contestó:
- Bueno, todo tipo de apuestas;
por ejemplo, le apuesto a Ud. 50.000€ a que sus pelotas son cuadradas!
El Director soltó una carcajada y dijo:
- Esa es una apuesta estúpida.... Ud. nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo.
La viejita lo desafió:
- Bueno, ya le dije que hago apuestas; está Ud. dispuesto a aceptar mi apuesta?
- Por supuesto, respondió el Director.
- Apuesto 50.000€ a que mis pelotas no son cuadradas.
La viejita dijo:
- De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, ¿puedo venir mañana a las 10.00 am. con mi abogado para que nos sirva de testigo?
- Por supuesto; respondió el Director, teniendo en cuenta que se apostaba dinero.
Aquella noche el Director estaba muy nervioso por la apuesta, pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.
A la mañana siguiente a las 10:00 en punto, la viejita apareció con su Abogado en la Oficina del Director. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta de 50.000€ a que las pelotas del Director son cuadradas.
El Director aceptó nuevamente la apuesta y la viejita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas.
El Director se bajó sus pantalones y la viejita se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le preguntó tímidamente si las podía tocar, expresando:
- Tenga Ud. en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme.
- Bien, de acuerdo, dijo el Director convencido; 50.000€ es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura.
La viejita se acercó al Director y agarrándole empezó a palpar sus bolas; paralelo a lo cual el Director se dio cuenta de que el Abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared.
El Director preguntó a la viejita:
- Y ahora, qué le pasa a su Abogado.
Ella contestó:
- Nada, solo que he apostado con él 150.000€ a que hoy a las 10:00 de la mañana tendría las pelotas del Director de la Sucursal del banco en mis manos.
Ahora la viejita se está dando la gran vida, hasta fumando habanos traídos desde Cuba.